Desde su
humilde atalaya y mismo rincón, teniendo a sus pies un reino de
quimeras, frente a su sátira de exquisita educación, chispeante de
ensueño y en ocasiones dudoso gusto, Jorge I El Benefactor era un
rey republicano. Un San Manuel Bueno mártir de la realeza europea,
un algo incomprensible que le hacía vestirse con harapos, mezclarse
con la chusma y comer en las calles pastelillos de a cuarto o
entresijos cocinados con especias de oriente para confundir su dudosa
frescura, despreciando los más ricos manjares de su mesa real.
Jorge I El
Benefactor podía ser el más déspota e insensible de los jefes de
las casas reales: no dudaba en decirle al manco que no podía
escribir, al ciego que nunca había visto nada o al mudo que nunca
pudo cantar ninguna opereta... Casi todos sabían que era ironía,
pero muchos otros no lo interpretaban así, y en cierto modo no les
faltaba razón.
Sin
embargo, lo que no sabían era el gran corazón que Jorge I El
Benefactor tenía. Daba asilo y dádivas a quien realmente las
necesitaba. Incluso curaba los males de espíritu emparejando a
quienes pensaba que harían una media en su balanza de lógica
patafísica, a veces con acierto, las más sin él, pero la intención
era siempre la mejor.
Lo que más
desconcertaba a los consejeros de palacio era que Jorge I El
Benefactor tenía una tendencia enfermiza a emborrachar hasta el
desmayo al bufón de la corte para después vestir sus ropas y
hacerse pasar por él. Su majestad era versado en tocar el laúd,
tenía ingenio y cantaba y contaba chascarrillos, incluso hacía de
payaso y daba cabriolas...
Jorge I El Benefactor había tenido su reina pero su tendencia
natural a la distracción hizo que ella volviera a su país y el
monarca se dedicara a solazarse e intentar olvidarse de ella saliendo
de caza y leyendo libros sobre pensamiento universal, aquellos a los
que sus súbditos culpaban de su cierta insania.
Jorge I, El Benefactor era un rey sin trono, principalmente porque no
lo quería. Pero no importaba, sus súbditos lo aceptaban como era e
incluso muchos lo amaban.
Mr. Blue