Tuesday, March 31, 2009

Viva (en) México II

Puebla, 26 de diciembre de 2008
Querido Rafa:
Te escribo desde Puebla un pueblo precioso al sur del DF que me perdí el año pasado por no tener un coche de alquiler, ahora me doy cuenta de que las cosas pasan por un motivo. Si hubiera ido sólo un día no habría servido de mucho, la verdad esto tiene mucho que ver y que percibir.
Ahora mismo estoy tomando una copa de brandy “derecho” como dicen aquí, Torres 10 sin hielo, y en copa, como Dios manda... Llegamos ayer por la noche y hasta ahora hemos visto infinidad de cosas. Estoy encontrando puntos en común con el otro viaje, los pueblos mejicanos son bastante parecidos: la vida gira entorno al zócalo (plaza mayor) que está al lado de la catedral, el centro histórico, (así como cualquier pueblo grande de Extremadura) y eso hace que los paisajes humanos sean muy similares.
Hicimos el tour por la ciudad en uno de esos trenecitos turísticos tan horteras, que cada vez me gustan más porque te sitúas y al acabar de hacer el viaje caminas por las partes que más te hayan interesado.
Hoy sobre todo visitamos bastantes edificios, me gustó mucho el Palacio Municipal, un ayuntamiento dentro de un palacio… Las iglesias tienen mucho encanto, esa mezcla sacra y verbenera hace de ellas museos de lo kitsch en ocasiones. La belleza de colorido es innegable, te recomiendo la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán que tiene dentro una capilla, la del Rosario, cubierta de oro, Domus Aurea... y la de la Compañía del Espíritu Santo que tiene un toque mudéjar bastante apreciable, qué curioso esto de los soldados de Jesús, defendamos la fe a cualquier precio... qué gran invento este de la Iglesia Católica.
Dentro de ese templo está enterrada la “china poblana” una esclava traída de la india y que se convirtió en santa en vida. Es toda una celebridad que además tiene una escultura muy bonita en una rotonda en el pueblo, busca algo más en Google porque la dichosa china poblana ha dado que hablar y no deja de ser una atracción turística más.
Bastante a las afueras está en centro cívico Cinco de Mayo, ya te contaré más de esto porque es muy histórico y tiene que ver con la guerra contra el francés; Puebla fue un lugar clave para dejar claro a las potencias mundiales que México no iba a ser colonia de ninguno, y a la vez creo que aquella victoria creó un sentimiento mejicano que se lleva en las venas, que ha ido de generación en generación y que no se ha perdido, la historia de México es apasionante.
Hemos visto también hoy el mercado de artesanía “el Parían” que tiene cosas que lo hacen interesantes, a pesar de ser muy turístico, por ejemplo la cerámica de aquí, llamada talavera y que es muy colorista; la visión general merece la pena, aunque no compres nada.
Mi brandy me espera, estoy en la terraza de un sitio “supercool”, el hotel la Purificadora y estoy pasando frío, hace mucho frío esta noche. Ya te escribiré otra vez voy a estar en México casi diez días.
Cura esas heridas.
Carlos

Cholula, 29 de diciembre de 2008

¡Antonio!
He pasado casi tres días en Puebla y como ahora mismo no recuerdo si has estado por allí te envío esta postal que escribo desde la habitación del hotel Real de Naturales Cholollán de Cholula, una preciosidad a pesar del nombre.
Estos días han sido movidos, Puebla es un sitio acojonante, lleno de curiosidades y de iglesias, claro, pero incluso más que iglesias hay ópticas, es incríble, está lleno de ellas, en cada calle hay una.
Te quiero recomendar un par de cosas: vi un montón de antigüedades de las de verdad en un mercadillo en el Callejón del Sapo, cosas de esas que sólo puedes encontrar aquí y después pasé a ver el museo Amparo (llamado así en honor a la esposa del que lo fundó) que es muy completo y en el que vas a encontrar varias galerías de arte prehispánico y virreinal, claro. Sin embargo a mí me prendó una exposición en la sala de exhibiciones temporales llamada “Lágrimas negras” que va sobre el automóvil pero con un tratamiento tan creativo como sorprendente, cuando llegue a Houston te envío un email con el enlace.
Ya sabes lo que dice la canción de los Burning: “Solo y perdido en la noche, vi en mi chapa sonreir a Pedro Infante...” la noche de Puebla es ruidosa y muy joven, para los de esta edad intermedia el asunto se complica porque tienes que reservar en los sitios más tranquilos y “estilosos” sino te puede pasar que te acercas a intentar entrar y el puerta te pregunta por tu reserva...
En cuanto a la comida el fuerte aquí es el mole poblano, te recomiendo el que sabe más a cacao y que tiene esa combinación de amargura y dulzura tan deliciosa y que por otra parte te hace recordar a alguna que otra mujer.
Hay un bar en la zona del Callejón de los Sapos que se llama “La Pasita” en el que lo típico es tomarse un vasito de licor de pasa con un trozo de queso, ojo porque los horarios son bastante extraños y nosotros no conseguimos encontrarlo abierto, la combinación es algo empalagosa, la probamos en otro bar anoche.
Como tú mismo, dirías, espero que te esté yendo bene en tu viaje por Guatemala, una lástima no encontrarte este año por aquí. Me encanta México.
Un saludo,
Carlos

Puebla 28 de diciembre de 2008

Querida Ceci:
No sé si ya lo conocerás pero esta postal es la cocina del convento de Santa Rosa, lugar este que tiene una historia bien extraña. Cuando Benito Juárez se cansó del poder de la Iglesia Católica expropió muchos conventos para uso laico de los edificios, las familias vivían en ellos como si fuesen complejos de apartamentos, y fue así hasta 1968 en el que el edificio se recuperó y se restauró todo lo que se pudo, estaba en estado de ruina porque a las monjas se les ocurrió esconder las riquezas que tenían en el convento en huecos de las paredes pensando que regresarían y podrían recobrarlas, pero las familias mejicanas que se hospedaban allí se pusieron a poner cuadros y al golpear los clavos se encontraron los huecos tapados... y también el oro; mal asunto, no dejaron una piedra encima de otra, en busca de botín.
Este sitio es una preciosidad silenciosa en el medio del caos del tráfico de Puebla, cuando estaba en pleno esplendor debió ser una maravilla. La cocina sí permaneció intacta por suerte y parece ser que aquí es donde surgió el mole. El guía, un tipo cultísimo, nos comentó que el aroma de los ingredientes que una monja molía en la cocina eran tan agradables, que todas las monjas dejaron sus actividades para ir a ver de donde provenía ese olor tan delicioso, viendo lo que pasaba, una monja rompió el silencio que debía guardar, y dijo: "Hermana, ¡qué bien mole!", lo que provocó las risas de las demás religiosas que la corrigieron diciendo: "Se dice: ¡qué bien muele!, hermana." y es por ello por lo parece que se llamó mole a este plato de combinación de tanto ingrediente... la historiografía popular es un filón.
Otra cosa que me impactó era que las monjas novicias tenían que llevar puesta cuando dormían una corona de espinas para evitar sueños impuros, si se movían debido a la excitación nocturna, las espinas se clavaban y se despertaban interrumpiendo así sus arrobamientos. La Iglesia encuentra soluciones sencillas para problemas bien serios ¿No crees?
Sé que eres curiosa, cuando tengas un rato mira en Internet lo que fue la desamortización de Mendizábal en España, algo atroz para la cultura general de mi país, y cuando el guía nos contó lo que Juárez hizo me recordó algo a aquel episodio nacional español. No hago más que acordarme de España cuando veo ciertas cosas, por ejemplo la talavera que tanto se luce por estos lugares, y que se llama así por la cerámica de un pueblo español llamado Talavera de la Reina, pero esa es otra historia.
Cuídate mucho.
Carlos

Cholula 29 de diciembre de 2008
Hola mamá:
Te escribo desde Cholula, un pueblo precioso, precioso, del interior de Méjico. Llegamos ayer al mediodía y el asunto empezó algo torcido, están de fiestas y me metí por una calle en dirección prohibida para poder llegar al hotel, pensando que los guardias estarían de parranda y dí de frente con una patrulla de la policía municipal. El agente, muy atento, me pidió el carnet, le enseñé el de Texas y empezó a decirme que me tenía que multar y probablemente llevarme al cuartel para comprobar datos... palabras para ver si le daba una propina y se olvidaba del tema, quizá, lo que aquí llaman la mordida... pero no me atreví a decirle nada y le enseñé el pasaporte español. En ese momento le cambió la cara, no por ser español supongo, sino por ser no americano y me dejó ir. Qué curioso que el escudo español tuviera ese efecto...
El pueblo en general es muy bonito pero lo más vistoso es la Gran Pirámide, una construcción prehispánica que con el paso del tiempo se convirtió en parte en un cerro. Fue la pirámide más grande del mundo y tiene una fuente de agua debajo, se dice que los indígenas empezaron a taparla cuando llegaron los españoles para que no la destruyeran pero la realidad es que la original estaba hecha de tierra y se fueron añadiendo alrededor las de piedra, de las que sólo una pequeña parte está restaurada y se puede ver, la erosión hizo que todo se cubriera de arena que acabó sedimentándose y dándole ese aspecto de monte natural.
Por dentro se pueden visitar los túneles que la recorren pero lo más impresionante es que nuestros paisanos construyeron una iglesia, la de la Virgen de los Remedios, en la cima. La iglesia en sí es de una gran belleza pero si miras a tu alrededor el paisaje es indescriptible, se ve el pueblo, el volcán Popocatpetl, la montaña Iztaccíhuatl y los campos de siembra que se extienden en los alrededores del casco urbano. Yo me senté y me puse a beber una Mirinda y no hice más que mirar alrededor durante más de media hora.
La Iglesia también tiene una historia rocambolesca, los monjes vieron brillar algo y subieron por la ladera para encontrar la imagen de una Virgen española que viajó más que la Matilde. Acompañó a Don Pelayo cuando este era un bebé y dejó Toledo, ambos acabaron en Alcántara, (sí, sí, la Alcántara de al lado de Navas...) dile a Isa que te imprima esto y léete la historia que es muy curiosa: lee aquí. El caso es que fue traída por un soldado cuyo hermano la había llevado a Italia y su gran devoción hacia ella le salvó de heridas en batalla. Para que esa suerte también la tuviera el que se iba a hacer las Américas se la regaló, la llevo consigo y terminó en la capital, en México D.F. De cómo llegó a Cholula no se sabe mucho, parece uno de esos hechos con explicación sencilla y que acaban convirtiéndose en milagro.
En la bajada al pueblo probé los chapulines (saltamontes) fritos y una bebida deliciosa hecha de cacao y agua, el popo, que te repone las fuerzas que empleas en subir hasta allí, que son muchas, quizá por eso sea lugar de peregrinación de mucha gente, por lo del sufrimiento ya sabes.
La artesanía de por aquí es muy bonita hay mucha cerámica (sobre todo en Puebla) que se fabrica como en Talavera de la Reina. Le gustaría este pueblo, madre, ya le haré llegar las fotos.
Un abrazo de su hijo,
Carlos




Puerto Escondido 1 de enero de 2009

Queridas Andrea y Paula:
Se acabó el 2008 y el 2009 me lo encuentro en la costa pacífica de México, este está siendo un viaje épico. Conduje desde Puebla a Oaxaca y vi el manejo de automóvil más temerario que os podáis imaginar, pero mereció la pena, Oaxaca es una ciudad increíble. Llegamos el 29 y estamos a punto de irnos.
Nos costó mucho encontrar hotel, haceos una idea: llegas a una ciudad de la que no conoces nada más que el nombre y claro, ponte a conducir en ella después de haber hecho 350 kilómetros en unas tortuosas cinco horas... Todos los del centro estaban ocupados hasta que al final dimos con uno pero que no tenía aparcamiento. Aparcar, esa fue otra aventura...
Primero os voy a hablar de la comida, tiene mucha fama el queso oaxaqueño pero realmente no es ninguna delicia, es un queso con muchas hebras y muy seco, no hay quesos como los europeos por mucho que los mejicanos digan... cuando vengáis probadlo claro, pero no os esperéis nada del otro mundo. Aquí probé también los chapulines fritos, en realidad en Cholula, cerca de Puebla, una señora me dio la prueba pero aquellos eran muy grandes y el que elegí amargaba un poco. En Oaxaca pedimos media ración en un restaurante y la verdad saben a pipa de girasol, no es desagradable comerlos y una vez que estas allí tienes que probarlos. Dejo para lo último un restaurante que hay en la plaza mayor del pueblo (el zócalo) se llama El Conde y es más moderno en comparación con otros lugares, si pasáis por allí es obligada la prueba de una sopa de tomate con aguacate, queso fresco y topotos (pedazos de tortilla de maíz fritos) sin duda el plato de lo que llevo de viaje, se llama sopa azteca y volvería a hacerme kilómetros de locura para comerla otra vez, es una delicia.
Hacía bastante frío por las noches y encima tuve conjuntivitis durante el primer día, lo que me llevó a hacer una ruta por la ciudad en uno de esos falsos tranvías sin poder ver nada porque el aire es terroso en México y llevaba los ojos cerrados, así que iba oyendo lo que el conductor comentaba y al día siguiente, ya mejor, vi las fotos que sacó la india.
Sí disfrute mucho con la catedral y con el ex-convento de Santo Domingo, sobre todo con lo que vi en las salas que estaban más en penumbra y donde pude abrir bien los ojos, el edificio es IMPRESIONANTE, uno de esos lugares en los que puedes estar horas pensando nada más en que la mano del ser humano a veces puede hacer cosas que harían sentirse orgullosa a la madre Natura.
Otra atracción turística es la casa de Benito Juárez, yo no conocía mucho de su vida no pública y me quedé alucinado de que toda su carrera laboral y política se originó porque se escapó de las montañas en las que vivía porque había perdido una oveja. Se fue a vivir donde servía su hermana, la casa de una rica familia italiana. El niño apenas hablaba español, indígena como la madre que lo parió, con casi diez años no sabía leer ni escribir y contaba las ovejas metiendo piedras en una bolsa de piel, ese niño que acabó haciéndose abogado, juez, presidente de la República y encima se casó con la heredera de la casa donde servía su hermana... eso es una carrera exitosa y no filología. En el exilio, siendo presidente, trabajó de camarero en un restaurante de Nueva Orleans (probablemente esa sea la causa de la historia escrita e inevitable de una inmensa mayoría de mejicanos que trabajan en EE.UU.) os recomiendo que busquéis información sobre su vida, es bien interesante. Una chica mejicana que conocí en Ciudad Juárez me dijo que Benito Mussolini se llamaba así porque su padre era un izquierdista que admiraba tanto al “indio de la raza primitiva del país” que le puso ese nombre a su hijo, qué cosas tiene la vida...
En esta parte del país partida a la mitad por la Sierra Madre las distancias no son muy grandes para ver otros parajes pero sí el tiempo que tardas en llegar por lo penoso de las carreteras así que no pudimos ver dos lugares que estaban en los planes: Hierve el Agua y las Ruinas del Monte Albán, así que esas quedan apuntadas para un próximo viaje.
Estoy en Puerto Escondido famoso por ser el lugar donde parece que se grabaron las escenas de playa de “Y tu mamá también” un bodrio de película con vuestra prima Maribel Verdú demostrando de manera irrefutable que no hay muchos actores españoles buenos. Esa fama quizá ha hecho de este pueblo algo verbenero, hay mucho turista europeo por aquí que anoche llenaba las calles del pueblo para recibir el nuevo año. Nosotros cenamos pescado (malísimo no recuerdo el nombre, pero siendo este un sitio de mar ese pescado era como comerse una bota de Charlot...) y tras un par de copas nos dimos un paseo y encontramos mucha variedad de borracho...
Estoy a punto de salir hacia Puerto Ángel. Cuidaos mucho y a ver si venís a verme pronto.
Un abrazo
Carlos

Puerto Ángel 1 de enero de 2009

Querida boricua:
¡Estoy de playa! Llevaba sin ver la playa desde que estuve en marzo en tu tierra... Llegué este mediodía de Puerto Escondido, donde parece que se grabaron las imágenes de costa de esa peli que nos disgusta tanto... y la verdad es que fue algo decepcionante, demasiado turístico. Hoy estamos en Puerto Ángel que es un pueblo marinero más de turismo local y menos europeo. Estoy comiendo muchos platos diferentes, parece que este está siendo un viaje más culinario que otra cosa... He comido un guiso muy rico que te recomiendo si vienes: cazuelita de pescado.
He disfrutado mucho del día, he estado unos cuantos con conjuntivitis y por fin ha desaparecido (no veas el calvario que ha sido conducir hasta aquí), entre el tratamiento y el agua del mar se acabó el sufrimiento por suerte, la verdad es que poco a poco se van marchando todos y aunque contento me siento a veces algo solo.
Encontrar hotel no fue fácil, ya sabes, vas de uno en otro como un gitano español intentando encontrar buen precio y una habitación decente, y al final tienes que conformarte con lo que te encuentras libre. Te suena la historia ¿Verdad?
Hay un hotel que se llama La buena vista y que hace honor a su nombre, está en la cima de una colina y tienes una vista del Océano Pacífico dominante y que te quita las palabras , pero el precio es prohibitivo. Ahora es muy de noche, estoy en la habitación del hotel porque no he encontrado ningún cajero automático abierto del que sacar efectivo... si alguna vez vienes a esta parte del país trae líquido, el plástico no funciona mucho.
Supongo que tú estarás en plena rumba en tu isla del encanto, espero que disfrutes mucho, pienso mucho en el viaje que hicimos por Puerto Rico, me quedaron cosas que ver allí, a ver si planeamos una visita de otra forma pronto.
Carlos

Santa Cruz de Huatulco 2 de enero de 2009

Querido Quinín:
Te fuiste de EE.UU. sin pasar por Méjico, craso error... estamos en Santa Cruz de Huatulco, probablemente el sitio más limpio y ordenado de este país. Esto es ciertamente increíble, multas si tiras basura a la vía pública, barrenderos, poca contaminación por humos... hasta la oficina de información al turista te busca alojamiento dependiendo del dinero que quieras gastar, pero lo cojonudo es que son ellos los que llaman a los lugares para preguntar si hay sitio libre... Ahora te escribo desde la habitación del hotel, pensando en la gran machada que tengo que hacer mañana, la de volver por carretera a Puebla desde aquí, no te lo puedes ni imaginar.
Por la mañana estuvimos todo el día en la playa disfrutando de bebidas frías, sol, baño, música en directo, y cosas que sólo pasan en un país tan pintoresco como Méjico: un tipo se paseaba entre las mesas con una iguana grande como un demonio para que los turistas se fotografiasen con ella...
Por la tarde noche dimos un paseo por el pueblo, cenamos en un lugar con una terraza muy bonita pero en el que “amenizaba” un cantante cansino como pocos, parece que los mejicanos son muy amigos de cantantes melódicos palizas, y después llegó el descubrimiento del viaje... Hay uno de esos trenecitos turísticos que te enseñan el pueblo y que Claudia y yo cogimos después de cenar, el conductor y guía turístico se llama José García Leal... pero no sólo conduce y comenta lo que uno puede ver, no, sino que además te aconseja.
El tío es descojonante a la par que entrañable, mientras va burlando el tráfico del centro del pueblo, conocido como “La Crucesita”, con su tren “Cascabelito” el tipo te va dando consejos que van desde el no caer en el feo vicio de la bebida hasta la obligatoriedad de comparar precios y lugares en la compra de souvenirs para la familia, amigos y allegados en las diferentes tiendas del pueblo... este hombre ha entrado en mi particular salón de la fama de los héroes anónimos, gente que da su vida para que los demás, normalmente ignorantes y carentes de sensibilidad, aprendamos que la vida es bella si se sabe vivir.
A pesar de su labia, entre lugar y lugar hay que rellenar silencios, y es que a veces las distancias se hacen largas cuando no puedes pasar de quince kilómetros por hora. Cuando a don José se le acaba el carrete tiene preparada una banda sonora en forma de casette con una canción que sigue de este modo: “Cascabelito ya llegó, Cascabelito ya esta aquí...” y que se repite hasta la extenuación de uno mismo...
Espero verte pronto, un abrazo.
Carlos

Aeropuerto Hermanos Serdán, Puebla, 3 de enero de 2009

Querido Rafa:
Son las seis de la mañana y yo sin poder dormir, acaba de amanecer y estamos en el aeropuerto. El avión con destino a Houston no sale hasta dentro de media hora y no te quieres imaginar el frío polar que hace aquí dentro. El amanecer sin embargo ha sido acojonante con la vista del volcán Popocatepl y un rojo conjuntivítico indescriptible.
Hoy regresamos de Huatulco por carretera con un calor sofocante, paramos en Oaxaca para comer y hacer las últimas compras y se nos hizo tarde, demasiado tarde, cayó la noche a plomo y hemos hecho trescientos kilómetros en cinco horas para llegar a Puebla. Hemos dado el último paseo y tomado una copa para hacer algo de tiempo, pero después de tanto viaje parece que uno tuviera ganas de volver a casa y descansar de las vacaciones.
Sé lo que te estarás preguntando, si el sur de México merece más la pena que el norte o qué parte me ha parecido mejor... Difícil respuesta, este viaje ha sido épico por la conducción, tú no conduces así que no te puedes hacer una idea completa pero esto ha sido una pesadilla sobre ruedas. La Sierra Madre ha influido en muchos planes... la gente no varía mucho, hay un carácter general que me gusta. Particularmente me quedo con lo que vi y comí en las vacaciones de Navidad del año pasado, pero México es un todo tan variado que seguramente no apreciaré esto en condiciones hasta que no vuelva de nuevo; quizá el haberme encontrado con algo de pirriflautismo europeo influya en esta visión. Físicamente estoy agotado, las horas de puertos de montaña (imagínate lo que es hacer ciento sesenta kilómetros en casi cinco horas), una conjuntivitis inoportuna, y ahora mismo el sueño y el frío me tienen roto. Quién sabe, quizá algún día vengas de gira y veas esto de otra forma. Creo que ya entramos a embarcar por fin, o quizá no porque ya ha habido un par de amagos, te llamaré uno de estos días. Cuidado con la noche.
Un abrazo
Carlos


Aeropuerto Internacional Hermanos Serdán, Puebla, 3 de enero de 2009

Querido Torcuato:
Estoy esperando a coger un avión que me lleve de vuelta a Houston después de pasar unos días viajando por Méjico. No me voy a extender contando cosas y dando detalles de esos que aburren a las ovejas, sólo te quiero hablar de los kilómetros que he hecho por estas tierras y de lo mucho que me he acordado de ti.
Tor, he cruzado la Sierra Madre con Hyundai Aveo... épica pura, macho. Un motor de 900 c.c. que ha hecho cosas que no creerías, las carreteras en esta parte del país son un chiste pero además los mejicanos son más temerarios al volante que nadie. En una carretera de dos carriles he visto (y experimentado) adelantamientos durante horas con doble línea continua, y en más de una ocasión he visto cuatro vehículos circulando en paralelo.
Una vez me puse a adelantar a un camión porque vi que el que venía de frente se echó al arcén y también al que iba a adelantar, miro por el retrovisor y no veo a nadie así que me decido, pego el volantazo y segundos después veo otro coche que me adelanta a mí mientras estoy en plena maniobra...
Las distancias son otro mundo aquí, en ir desde Puebla a Oaxaca (unos trescientos cincuenta kilómetros) empleé cinco horas; para ir desde Oaxaca a Puerto Escondido, cruzando la Sierra Madre, siete horas, siete, de puerto, baches inmensos, frenazos en seco, adelantamientos en curvas... ahora mismo no recuerdo los kilómetros pero serían menos de trescientos. Hubo horas en las que no se podía pasar de 30 Km/h porque la “carretera” era un algo tortuoso. A eso súmale un calor cordobés, el mareo de Claudia y un escozor de ojos que me tuvo tocado unos días, casi peor que un mal noviazgo ¿No crees?
Pero no importó, ha sido una experiencia de esas de contar a tus sobrinos... he pensado mucho en ti en este viaje, primero por ser el mejor conductor que he conocido y segundo porque te hubiera encantado ver algunas cosas que hay en medio de todo ese infierno sobre ruedas, Torcu; algunos paisajes son para quedarse horas mirándolos.
Tengo mucho que agradecerte y no voy a tener la oportunidad de hacerlo, a pesar de que cuando el huracán se marchó de Houston estuve varias semanas con un cabreo de cojones contigo, pero sé que era ley de vida, entre lo mal que conservas las amistades a distancia y las adicciones a perfumes que vienen en frascos pequeños las cosas tenían que acabar así, es cuestión de aceptarlo.
Sé feliz, que la desgracia acorta la vida, y corre la voz.
Hasta siempre.
Carlos

Monday, March 16, 2009

Per averti, mannaggia!



(Adriano Celentano)

Girasoli a testa in giù
avviliti come me
come posso immaginare
tutta la vita senza te
per averti
farei di tutto
tranne perdere la stima di me stesso
e se è questo
che tu mi chiedi
io ti perdo ma stavolta resto in piedi
anche se qui dentro me qualcosa muore
si per averti
per averti
farei di tutto
ma rinuncio con dolore.

Si per averti
farei di tutto
ma non ti voglio, non ti voglio
senza amore.

Tu due cuori non li hai
e a me non basta la metà
se tu scegliere non sai
scelgo io che male fa...

Ma senza voglia
e senza futuro
vado incontro tutto solo a un cielo nero.

Io non mi vendo
ma sto morendo
morsicato da un serpente e senza siero
disperato ma però un uomo vero.

Si per averti farei di tutto
ma non voglio avere un animo più brutto
si per averti farei di tutto
tranne perdere la stima di me stesso.

Per averti
farei di tutto
tranne perdere la stima di me stesso
e se è questo
che tu mi chiedi
io ti perdo ma stavolta resto in piedi
anche se qui dentro me qualcosa muore

Si per averti
per averti
farei di tutto
ma rinuncio con dolore

Si per averti
farei di tutto
ma non ti voglio, non ti voglio
senza amore.

Thursday, March 05, 2009

Hoy hace tres años - V

Esto es una atraco... nene.
(Enviado como email el 4 de marzo de 2006)
Mañana hace justo un mes. Todos los lunes Joaquín Freire, Torcuato Sánchez y servidor tenemos la costumbre de ir al bar Melvin's Velvet a tomar una cerveza y jugar al billar (las mesas son gratuitas ese día). Aquel 5 fatídico tuve que ir a buscar la pick up al mecánico, $470 de nada, y para hacer tiempo hasta que nos viésemos decidí ir a cenar a una hamburguesa a un sitio donde las hacen "muy buenas" Whataburger en la calle Fountainview casi esquina con Richmond Avenue. Por algún motivo inexplicable alguien decidió cambiar a última hora e ir a otro bar, Woodrow’s a tres manzanas de Whataburger, y allí estaba yo dándole vueltas al por qué de ese cambio, sentado en una mesa de cara a la puerta como siempre hago cuando de repente entra una fila de unos siete negros con bufandas y máscaras de hockey tapándoles la cara, con las pistolas en la mano y diciendo un amable: “¡¡Esto es un atraco qué nadie se mueva...!!” bajé la vista y saqué la cartera, para que no se llevasen la documentación empecé a sacar el dinero y a dejarlo encima de la mesa hasta que uno de los chicos que no sabía por qué movía la mano me puso el cañón en la cabeza y después me preguntó: “¿Qué haces?” Cogió la cartera, la ojeó, vio que no quedaba nada más y me la tiró en la mesa diciendo: "Está bien puedes quedarte con tus cosas". Por paradójico que parezca el tipo sonó amable pero no fui muy consciente de ello, tenía la sensación de que el hierro de la pistola todavía estaba en mi sien izquierda. Vaciaron la caja, todo lo de los otros tres clientes que había allí y los bolsos de las chicas del sitio. Se marcharon a toda hostia y la mandamás del local salió y cerró las puertas con llave.
Tras unos segundos miré al tipo de la derecha, allí estaba con su americana de cuero comiendo como si no hubiese pasado nada, la pareja de enfrente estaba debajo de la mesa. A mí me temblaban las piernas y no me podía levantar. Llamé a Joaquín y le dije: “Oye, voy a llegar tarde me ha pasado esto...” a los pocos minutos llegó un policía que nos tomó declaración, me llamó alguien para ver como estaba y se lo agradeceré siempre, pasen las vidas que pasen.
Salí de allí, arranqué el coche y me fui al bar, tomé una cerveza que me supo a gloria intenté jugar al billar pero no di pie con bola (de hecho llevo sin ganar una partida un mes) y volví a casa con los otros dos profes. Dormí bastante mal las siguientes tres noches.
Hay días que son como semanas... me enteré de que habían atracado el sitio tres veces seguidas, que habían atrapado a los siete negritos ese mismo lunes en un restaurante llamado Taco Cabana, que esta a unos 10 minutos del Whataburguer pero de mis casi ochenta petrodólares no hay noticia.
Mr. Blue