Sunday, April 26, 2009

Hoy hace tres años VI

(Enviado por email el 26 de abril de 2006)
Hace tantos días ya que empiezo a tener que hacer esfuerzos para recordar cosas que me ocurrieron en la ciudad de Nueva York. El viaje comenzó el viernes 10, salimos del colegio y teníamos que estar en el aeropuerto a las 20.00, carreras, atasco, nervios… pero llegamos para darnos cuenta de que realmente da igual que uno se retrase o no, los aviones siempre tardan en salir, hasta que un día los pierdes claro. No fue el caso, llegamos y tuvimos que esperar casi una hora para que despegara. Llegamos a NYC a la 1.00 AM, y lo primero era ir a recoger las maletas pero la mía no llegaba, en la oficina de reclamación una señora poco amable seguía diciéndome que estaba en algún sitio del aeropuerto de Newark y aparecieron, sí, pero dos horas después… Tras eso un taxi, como sospechaba el taxista era extranjero, de Haití para más señas, es imposible encontrar un taxista americano en NYC, no hay, o si los hay estaban de vacaciones en Houston. El hotel era el auténtico hotel cucaracha, pero fue lo más barato que nos pudimos permitir y que tuviera casi decencia, el alojamiento en Manhattan es de órdago a la grande. Nuestro hotel estaba céntrico, eso si, pero nada mas. Mejor no toco el tema y quien quiera saber donde no hospedarse en nueva York que se las arregle.La ciudad es IMPRESIONANTE, ya sé donde quiero vivir en primavera y parte del verano porque el invierno es crudo, crudísimo, en marzo todavía se notaba que el aire en invierno te tiene que matar, te corta en marzo te mata en diciembre. Vimos todo lo visitable, excepto el Guggenheim para el que ya no hubo tiempo material. Es imposible describir lo que es la ciudad en sí, la mezcla arquitectónica me fascinó, el Soho es seguramente el barrio más vistoso que he visto en mi vida, la mezcla de edificios de 1800 con rascacielos no es chirriante, es Manhattan. El central Park da aire, vida y problemas, el edificio Dakota, rascacielos estilo Art Deco… A Nueva York la vimos vestirse de día desde el Rockefeller y desnudarse de noche desde el Empire State Building. Ambas visiones fueron espectaculares, pero la ciudad de noche te deja sin respiración desde esa altura y con ese frío, no me extraña que la canción diga “quiero estar en la ciudad que nunca duerme”.El MOMA es otro de esos sitios en los que uno no puede aburrirse, es el mejor museo de arte moderno que yo haya visto y la selección es impresionante, pero tuve la fortuna de ver dos favoritos míos desde crío: El cuadro de Dalí ‘la persistencia de la memoria’ y las esculturas de Alberto Giacometti, ya sabéis esas cosas que uno ve en la enciclopedia Larousse de niño y dice: como molaría tenerlas en el escritorio… nunca fui muy listo.
Más museos, el de sexo que debería llamarse el de la pornografía, el Metropolitan, el de la inmigración en Ellis Island, ya no tengo memoria… ah sí, la estatua de la libertad, desde un ferry y unos minutos desde la enorme peana. La vida nocturna nos tocó de refilón, demasiadas horas pateando la ciudad por la mañana y a las horas nocturnas un cansancio de esos que hacen pupa, pero como en toda gran ciudad encuentras lo que buscas. Pasamos de día por el mítico Cotton Club, que desde fuera me pareció una chabola, quedaba muy fuera el radio que teníamos de visitas/estancia. Lo mejor de aquella zona fue la estación de metro que estaba en un puente muy alto y muy metálico él. La zona del Harlem que visitamos me encantó también, edificios antiguos, casas de estilo victoriano… es como estar en una ciudad de verdad, volví a tener sensación de ciudad y no de pueblo agrandado que tienes cuando estas en Houston. Usamos el metro, vimos autobuses que pasaban periódicamente… Incluso di con una tienda de esas rancias, rancias de vinilos y con precios astronómicos…El viernes nos recibió la cabalgata de San Patricio, desfile de bandas de gaiteros (había una de Asturias,que tiene guasa el asunto, 9.000 Km. de casa para oír el Asturias patria querida en NYC), todo el mundo clamando que tenia sangre irlandesa, está de moda ser irlandés y parece que cualquier irlandés es un tío encantador… en fin. MUCHO frío pero muy colorista, ese mismo día pasamos por Tiffany’s pero el tiempo se nos iba y antes de que se fuese del todo embarcamos hacia Houston, un sitio que ni fu ni fa.No soy hombre de fotos, nunca lo he sido, pero mi acompañante llevó su cámara y quizá algún día llegue alguna que ilustre esto. Se me han quedado en el olvido muchas cosas, no tengo PC ni portátil ni tiempo y cuando quiero reaccionar ya se me han juntado esos recuerdos atrasados con los del siguiente viaje. Por cierto que en cuanto pueda empiezo con la crónica del viaje a Nueva Orleans de hace dos semanas.
Se me cuiden…
Mr. Blue

Thursday, April 02, 2009

La astrolabia

Queridas mías:
Desde que os habéis marchado esta vida ya no parece tener mucho sentido, no sé dónde he dejado la memoria, creo recordar que la puse dentro del baúl donde va a caer todo eso con lo que no sé que hacer pero cuya construcción espero retomar alguna vez.
Recuerdo aquellas tardes en las que salíais a pasear para regocijo de todos, erais una fuente que manaba abundante inundando aquel ordenador español, en anocheceres de compañía selecta de bebidas combinadas y nicotina, con humo que llegaba a las venas, en la terraza que daba a ninguna parte, desde la que se veía el sol eléctrico que iluminaba las noches y que hacía que aquel pájaro no dejara de graznarme, una vez y otra, como si me estuviera avisando de que un día os ibais a marchar y entonces me sentiría aún más inútil.
Parecíais surgir como fuegos fatuos de cementerios de amor, de pantanos de sentimientos reprimidos desde hacía tantos años, y os fuisteis poco a poco, hermosas, pero tomando un camino equivocado, y quizá acabásteis en un oscuro y pacífico océano de basura o encarceladas en una caja de cartón llena de objetos para olvidar. No supe marcaros el rumbo correcto, no sabía que aquel astrolabio que usaba estaba errado en sus cálculos, o eso pensé; nunca aprendí usar el quintante, creí que no era necesario por mi dominio abrumador del sextante, pero me equivoqué... y no supe enviaros a donde deberíais, os dirigí a la nada, y allí probablemente os despreciaron. Y yo, ignorante, como siempre, pensé que seríais eternas, que erais el significado perfecto del símbolo matemático del infinito y que incluso podríais formar un De sectionibus conicus como simple entretenimiento.
Ahora si os necesito, no estáis, y cuando fugazmente encuentro vuestro rastro siento que no os necesito, ya no hacéis que funcione mi fábrica de metáforas, símiles y retruécanos... ya sólo hay producción de paradojas.
Se me fue la astrolabia.
The Constant Sorrower