Tuesday, November 02, 2010

You can't make a record if you ain't got nothin' to say?

Willie Nelson no tiene que hacer nada, absolutamente nada, para llenar cualquier sala o escenario al aire libre. Nelson no tiene necesidad de escribir canciones, ninguna necesidad, tiene algunas que todavía no sabes que son suyas pero ya no escribe. La vida, en un cierto momento, le llevó a darse cuenta de que versionar era lo que le estaba dando más fama y dinero, así que se ha dedicado a grabar cintas y cintas de temas ajenos. Y, a pesar de todo, seguimos yendo a verle allá donde la “cercanía” de la distancia tejana nos permite, aún a sabiendas de que podríamos recitar los títulos de los temas del concierto con un margen de error mínimo. Trigger, su sempiterna guitarra, su bandana roja y sus trenzas son tan icónicas como cualquier imagen religiosa, y es que en Texas, Willie Nelson es Dios en la tierra.
Coleccionar sus discos es imposible, él mismo ha perdido la cuenta de los que ha editado y de vez en cuando lees en revistas especializadas que tiene material “nuevo”. Entre esas sorpresas hace unos meses se promocionó su enésimo LP “American Classic” (Blue Note 2009) otra vuelta de tuerca a estándares norteamericanos, canciones de siempre que pasó por el tamiz jazzístico con una particularidad que habla de su absoluta falta de reparos a la hora de editar discos: incluye un tema que ya había grabado, uno de “sus” salmos más reconocidos “Always On My Mind”. Una canción que popularizara un zagal de Tupelo hasta que Willie grabó su propia versión allá por el año ochenta y dos.
“American Classic” se anunció
como una especie de segunda parte de su disco “Stardust”, que ha sido disco de platino cinco veces desde su edición en 1978, pero al final es, de nuevo, una simple disculpa para seguir girando. De hecho, cuando estés leyendo estas líneas estará a punto de editar un nuevo LP titulado “Country Music” con la discográfica “Rounder” y actuando en algún sitio de Estados Unidos.
Deben de quedar una decena de leyendas vivas del country y por ello en sus actuaciones uno debería tomar apuntes de historia musical, pero mucha gente no alcanza a comprenderlo y no respeta eso. Como cualquier devoto religioso el fan de Willie Nelson que no sabe mucho más de él que su afición por la marihuana y sus diez canciones más conocidas asiste a sus conciertos para conseguir el trofeo soñado: la foto de su santo particular en el escenario. Así que ocurrió que los peregrinos sentados en las filas más lejanas empezaron a caminar hacia el altar del escenario, y una vez allí, descargaron los flashes de sus cámaras o desenfundaron sus teléfonos móviles de última generación para conseguir esa reliquia que enseñar a los compañeros el lunes por la mañana en el trabajo, y recibir así el reconocimiento general. Eso por no hablar de las féminas que ligeramente pasadas de cerveza jaleaban fuera de sí cada genial sermón de solo de guitarra o las homilías entre canción y canción.
De los gilipollas
que actualizaban su Facebook desde sus teléfonos mejor no hablaré... pero no hay nada que se pueda hacer, toda congregación tiene sus dementes extremistas. Es parte del rito de un concierto de Nelson, uno de los artistas que más mima a su público con autógrafos, fotos, contacto de manos, o poniéndose los sombreros que le lanzan al escenario. No olvidaré el día en que en Austin Willie le firmó el suyo a mi amigo Quinín y se lo dio en mano sonriéndole...
El nueve de enero de dos mil diez vi a Nelson en la misma sala en la que vi a George Jones unas semanas antes. Nelson se marcó un concierto con un elegante toque de jazz en la primera parte que hizo irreconocibles varios de sus propios grandes éxitos y a partir de un cierto momento empezó a sacar canciones de la chistera del oeste y aquel local vibró a ritmo de sus grandes temas de siempre. Especialmente notables fueron la poco aireada en directo “Shotgun Willie” y una excelente versión de “Good Hearted Woman” en claro homenaje a su amigo Waylon Jennings, pero el set list completo fue como sigue:

Whisky River (Jazz)
Still Is Still Moving To Me
Beer For My Horses
Shoeshine Man
Funny How Time Slips Away/Crazy
Night Life
Me and Paul
If You’ve Got The Money I’ve Got The Time
Mamas Don’t Let Your Babies Grow Up to Be Cowboys
Blues Eyes Crying In the Rain
On the Road Again
Always On My Mind
Good Hearted Woman
Nobody’s Fault But Mine
I’ll Fly Away
Hank Williams Medley
Just Because You Asked Me To
Milk Cow Blues
One Day At a Time
Bloody Mary Morning
Yesterday’s Wine
I Gotta Get Drunk
I Saw the Light
Satan, Your Kingdom Must Come Down (Louvin Brothers)
Georgia On My Mind
Man With the Blues
Hello Walls
Shotgun Willie
Whiskey River (Country)

Pocas sorpresas en otra entrega de más de lo mismo de un tipo que tiene la brillante desfachatez de versionar
sus “propios” temas, uno de esos caraduras con carisma, un artista que en el escenario es el amo y señor del orgullo tejano con todo el derecho que su carrera le otorga.
A la salida del concierto un hombre con sombrero de vaquero, probablemente de la misma edad que Willie me decía: “Alguien debería poner su cara en el monte Rushmore”.

Carlos Rodríguez Duque

1 comment:

Anonymous said...

FELICIDADES y mi mas sincera envidia por haberlo visto en directo. Un abrazo. SPIKE