
Y luego lo otro... el hecho de que se acercaba a la cuarentena y seguía soltera. Con aquellos ojos y aquel cuerpo Elvira era huésped diaria de la pensión de la calle Amargura. En la balanza de la sencillez y la simpleza, el segundo platillo pesaba como una losa, y aquello asustaba a los aún más simples incautos que se le acercaban en las correrías nocturnas de fin de semana.
Elvira no hacía buenas migas con la soledad, lo que le llevó a hacer estupideces kilométricas con la remota esperanza de casarse y formar una familia. Pero nada parecía salir bien, así que el siguiente paso fue marcharse lejos con sólo una maleta que llenó de cosas equivocadas.
Su carácter leonino la llevó a crearse el mismo número de amistades que de enemistades, y su aventura del norte terminó como empezó, con una maleta llena de problemas que se trajo de regreso. Pero ya era demasiado tarde, su frustración había agriado aún más su carácter y ya no se sentía en casa en su propio hogar de siempre. Sus acciones se hundían aún más en el mercado de valores de la frustración: casas compartidas, trabajos mal pagados, exámenes suspensos, hombres que no se comprometían... nada parecía salir bien.
Así que se decidió a lanzarse a su aventura del este, y Elvira, hasta arriba de ilusión, hizo una maleta, sólo una, llena de problemas que se llevó con ella.
Mr. Blue
1 comment:
Me encantó!
Post a Comment